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miércoles, 23 de febrero de 2011

El apogeo del elemento origen

En el agua, según nos cuenta la ciencia, comenzó todo. Las primeras moléculas orgánicas, que posteriormente darían lugar a la inmensa explosión y diversidad de seres vivos, se formaron en el agua. A partir de ahí, unas algas, unas bacterias, unos "bichitos" un poco más complejos, luego insectos, peces... hasta que a algún anfibio se le ocurre pasar temporaditas en la playa, tomando el sol junto al agua, pero sin estar mojado. De ahí a respirar por pulmones y dedicarse a patear la montaña va una minucia.

Creo que en nuestra "memoria genética" (aunque para algunos no esté demostrada su existencia, vosotros me entendéis) llevamos la impronta de esos orígenes. Para los antiguos griegos, el agua era uno de los cuatro elementos esenciales (bueno, había cinco, pero el quinto era tan misterioso que nadie lo había visto nunca; de ahí nos quedó la palabra "quintaesencia"). Creo yo que por eso nos gusta tanto el agua, ya sea en forma de playa, río, cascada, lago o en su versión sólida: glaciares y cubitos en el whisky "on the rocks" (o gin tonic, que tampoco está mal).


Para los que vivimos en una tierra como Murcia, de clima semiárido, donde cada gota es una bendición, el sentimiento que despierta la contemplación de grandes masas de agua es todavía más profundo.

Por eso, os animo a que no dejéis pasar esta oportunidad para disfrutar del agua en Murcia. Resulta que los pantanos de la región están mejor que nunca, según comentaban directivos de la CHS hace unos días en la radio. El de la rambla de Algeciras (en Librilla), del que os escribía en una entrada hace unos días, llevaba años casi seco, y ahora da un gusto verlo que me río yo de los lagos de Finlandia (bueno, me río porque están muy lejos, que si estuvieran más cerca me callaría, claro).

El domingo, disfruté doblemente. Por un lado, de la rambla de Perea, que se forma a partir de Fuente Caputa (sin chistecicos, que os conozco), en Mula. Bellísima rambla, e imresionantes las pozas que se forman a lo largo de ella, y que parece imposible que se nutran de una fuente tan pequeña. Después, me metí prácticamente dentro del pantano de La Cierva (de hecho, algo de barro se me pegó en las botas). Aquí os dejo la visión de la presa desde el interior. Una imagen no muy habitual, ya que el acceso era un poco difícil.

Pero en cuanto podáis, id a verlo en directo.

2 comentarios:

  1. Pues mañana hago yo Murcia-Cehegín con la bici, por la vía verde. Alguna recomendación?

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  2. Pues siento llegar tarde a tu comentario, pero espero que disfrutaras la ruta y me cuentes qué te pareció. A ver si coincidimos en ese "only..." que tenemos pendiente.

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