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viernes, 18 de marzo de 2016

La llave de Sarah (libro)

Una gripe tiene algo bueno. Mientras estás convaleciente, en los momentos de mejoría temporal en los que por un rato deja de dolerte la cabeza y la congestión te da un respiro, tienes mucho tiempo libre para leer. Y eso me ha pasado a mí en estas últimas semanas. Tirarme cuatro días encamado me ha dado para muchas lecturas. Ya iré comentando algunas por aquí.

Una de ellas ha sido un libro que tenía aparcado ya mucho tiempo en mis estanterías. Y por fin me lo he podido terminar. En el pasado había hecho algún intento de leerlo, pero no terminaba de decidirme. La historia es demasiado triste y te tiene que pillar con el cuerpo fuerte, si no, lo normal es que uno tienda a evitarlo, no queriendo castigarse con otro dramón.


Elle s'appelait Sarah (Ella se llamaba Sarah) cuenta la típica historia de burradas hechas por los nazis contra los judíos, sólo que en esta ocasión los de las burradas no son los nazis de manera directa, sino la propia policía francesa, ¡contra ciudadanos franceses!, siguiendo una orden-petición de los nazis.

Se trata de un episodio real, que en Francia ha causado vergüenza durante muchas décadas, pero que finalmente se está reconociendo desde los poderes públicos, y se está asumiendo en los últimos años, como algo de lo que SE DEBE hablar y recordar, en vez de ocultarlo y silenciarlo.

Resumidamente, lo que ocurrió fue que la policía parisina sacó una noche a miles de judíos de sus propias casas, es decir, a sus propios ciudadanos, de nacionalidad francesa, a quienes debía servir, y los concentró en un estadio (el Velódromo de Invierno), desde donde los envió a los campos de concentración nazis. Todo ello salpicado de las típicas burradas, incluyendo separaciones de niños y sus padres y demás historias en cuyos detalles macabros no me apetece entrar.

La novela cuenta este episodio desde el punto de vista de una periodista americana que vive en París, y que se mete a investigar el pasado de una niña de las que fueron atrapadas en la redada de aquella fatídica noche de los años 40. Así, se van intercalando ambas líneas temporales en la narración.

Una historia dura, a mí me hizo soltar la lagrima en algún momento, pero que nos viene a decir que las cosas vergonzosas no hay que enterrarlas, sino que hay que airearlas para intentar aprender de los errores del pasado. Una novela muy recomendable, pero sólo cuando uno se encuentre con sus fuerzas a pleno rendimiento.

También existe una peli, de título La llave de Sarah. Aquí está el tráiler:


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