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viernes, 19 de febrero de 2010

Sarah llega a mi vida

Vía JP, descubrí a Sarah Silverman hace un tiempo. Pero es que hoy, viendo este vídeo, no podía dejar de sonreír mientras me inspiraba 3 ó 4 ideas que espero poner en práctica pronto...

El lado oscuro (ruín, maloliente, horrible... elija su opción) de la interpretación

Ser actor es una cosa chulísima, especialmente cuando lo haces como aficionado, pues creo que es en esa situación donde se da el "amor al arte" en su forma más pura, por así decirlo. Esto no significa que el actor profesional no sienta amor por su arte, pero el caso del aficionado es más "espiritual", digamos. Ya sabéis que hablo como amateur (¡qué bonita palabra en su acepción literal, qué pobremente utilizada a menudo!) y que disfruto haciendo como que actúo de vez en cuando.

Sin embargo, imagino que la mayoría de los actores profesionales también tienen que tener mucho de eso que llamamos "amor al arte". No me refiero aquí a los grandes actores famosos que, dentro de lo que cabe, pueden disfrutar de las (merecidas) mieles de la fama. O sí, en realidad creo sinceramente que ellos también aman (en toda la extensión de la palabra) a su profesión, pues me temo que han tenido que pasar más de una escena de horror antes de llegar a donde están ahora. Y además, sabiendo que por poco tiempo, que la fama no suele ser una amante fiel.

Pero por si alguien ha cometido la deliciosa insensatez de intentar vivir de la interpretación, le viene bien algo de información de cosas que pueden pasar en este mundo.

Este caso particular, relacionado con la famosa "Celda 211" está contado por una de las partes implicadas. Para juzgar deberíamos oír a la otra, of course, pero me temo que la realidad de los actores "anónimos" no debe de andar muy lejos de estas situaciones.

Una lástima.

http://www.kaosenlared.net/noticia/celda-211-otra-cara-del-rodaje

http://sindicatofigurantes.blogspot.com/2008/08/vaca-films-y-celda-211.html

miércoles, 10 de febrero de 2010

La oreja impertinente

Oído esta mañana, mientras desayunaba:

- ...y mi primo tenía un tatuaje en el pecho, de una serpiente, que se le perdía por la cintura para abajo

- ¿Y tú viste el final? ¿No le has visto a tu primo nunca la minga, ni cuando erais pequeños?

- ¿Yoooooooo? ¡Qué va, si es francés!

Descojone general de media cafetería.

Jurao.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cada edad necesita de sus héroes (o Pocoyó y Cálico)

Está claro que cada edad tiene sus héroes. A mi sobrino, de dos años escasos, le fascina Pocoyó, la elefanta (¿Eli?) rosa (hmmm... elefantes rosas... me suena de algo... creo...) y el pato ese que se llama... ¿pato?

En cuanto suena la música, se pone a mover el culo como hace el criajo ese, Pocoyó, y su nombre (el de Pocoyó) es una de las palabras que aprendió a decir de las primeras, junto con "papá", "mamá", "super tito guapo, listo y el mejor del mundo" y "cúmulo globular en la nebulosa de Orión".

Lo típico, vamos.

A mí, sin embargo, la edad de este tipo de ídolos se me pasó hace unos días (bueno, algo más, pero poco) y con mi historial, me veo más reflejado en superhéroes superperdedores superdotados... estoooo... bueno, vale, lo de superdotados podéis verificarlo por vosotrAs mismas mandándome un email para pedirme hora. Pero a lo que íbamos. El caso es que me identifico más con Superlópez, Austin Powers, Florentino Fernández o la sublime combinación de todos ellos juntos: ¡¡CÁLICO!!

Si a estas alturas no sabes quién es Cálico, mejor que no sigas leyendo. Si tampoco sabes quién es Pocoyó, estás perdiendo el tiempo aquí. El vídeo que sigue no lo vas a entender, y mi imagen de bloguero sin gracia se va a multiplicar por mil en tu mente.

Ahora bien, si conoces a ambos protas, entonces no puedes perderte esto. Antes tendrás que recordar quién era Alarico, uno de los niños mutantes... pero esa es otra historia. Busca en Youtube algunos vídeos para saber quiénes son los niños mutantes de Cálico y después pasas a este vídeo.

Se lo dedico especialmente a mi sobrino y a sus papis, para que dejen de ponerle vídeos chorras y lo conviertan YA a la saga de Cálico. Por ejemplo, en cuanto alcance su mayoría de edad a los dos añicos.

Y es que cada edad necesita de sus héroes.

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