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viernes, 4 de septiembre de 2015

El estrés de antes del antiestrés

Unas vacaciones, bien aprovechadas, deben ser, entre otras cosas, una batalla ganada contra el estrés. Por eso no soy partidario de las vacaciones "muy, muy, muy" aprovechadas. La expresión despierta automáticamente mi sospechas. A mí me gusta dejar tiempo para holgazanear, el dolce far niente que dicen los italianos, que de esto saben un poco. Es más, no es sólo que me guste, es que creo que es necesario.

Pero lo que es más difícil evitar es ese querer dejar todos los detalles cerrados en los días previos a irse uno de vacaciones. Esos pequeños asuntos que llevas en la oficina y que se tarda más en explicarlos a alguien para que los asuma en tu ausencia (a veces ni siquiera existe ese compañero que pueda asumirlos) que en hacerlos tú mismo y que, por tanto, tienes que hacer tú sí o sí.

Y te estresas. El día antes de irte estás contento, porque se vislumbra el período vacacional a la vuelta de la esquina, pero por otro lado sabes que es posible que ese día te quedes algunas horas más allá del horario oficial para dejar atados los últimos cabos.

Así estaba yo hace un rato. Estresado, pero contento. Se avecinan unos días de relax. Pero me toca ultimar pequeños detalles, las urgencias de última hora. Lo bueno de quedarse en la oficina fuera de horario es que al menos puedes ponerte música y relajarte-mientras-te-estresas (sabrosa paradoja). Y eso he hecho: he buscado un poco de blues en Youtube, altavoces encendidos, ventana minimizada y a enviar emails de última hora, copiar ficheros, actualizar versiones...

Mientras tanto, la música sonando de fondo. Uno pierde la conciencia de la música. Y al terminar el blues, y casi sin darme cuenta, ha empezado una música suave de la que no he sido consciente hasta que llevaba un rato sonando. Se ve que estaba activada la opción de "Reproducción automática" de Youtube.



Y entonces, cuando he sido consciente de que ya no estaba escuchando el vídeo de blues original, me he dado cuenta de que mi nivel de estrés había bajado bastante. Mi respiración se había suavizado, mis pulsaciones estaban más calmadas y yo me sentía mejor en general.

La música era suave, la voz también, las canciones conocidas, pero en versiones muy, muy suaves. He echado un vistazo al vídeo y me he encontrado esta gozada. Un placer para el oído y para la vista.



Espero que os guste (y os relaje) tanto como a mí. Y a ver cuántas canciones reconocéis, hay un montón de fonocopias. Nunca hubiera dicho que una versión del "Bad Romance" de Lady Gaga me pudiera relajar.

Pero sí puede, sí.


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