Suetonio, historiador romano, cuenta un episodio en el que unos condenados a morir luchando en el circo, como morían los gladiadores (o como sobrevivían, según fuera el resultado de la lucha), se dirigieron al emperador y le espetaron:
¡Ave, Imperator, morituri te salutan!
(Salve, Emperador, los que van a morir te saludan).
El paso del tiempo se ha ido encargando de alterar ligeramente la frase (ahora se cita más como "Ave, Caesar, morituri te salutan") y de difundir (erróneamente) que era un saludo acostumbrado de los gladiadores.
Da lo mismo, lo mismo da. Habrá quien interprete este saludo como una señal de respeto, o como una petición de indulto... Yo la interpreto como una carcajada ante la muerte. Para mí, lo importante de esta historia es que cuando aquellos desgraciados vieron que ya no les quedaba nada que perder, sacaron su lado chulesco y le hicieron un guiño a la muerte, al emperador y se lo habrían hecho a su señora madre si hubiera estado allí mismo. Total, ya no tenían nada que perder, y cuando uno ve que la muerte ya es inminente, la perspectiva cambia mucho. Le puedes chulear incluso al emperador de Roma.
Pero la cosa cambia cuando sí tienes que perder. Entonces, uno se pregunta qué motivos llevan a un pobre diablo a arriesgarse a perder lo (poco) que tiene. Alguien que vive bien cómodo, con una relación de pareja aparentemente normal, pareja con la que convive en su casa de Hawái y con un sueldo de 200.000$ anuales, qué le lleva digo, a arriesgarse a mosquear al Emperador.
Y Edward Snowden lo hizo. Mosqueó al Emperador.
Edward Snowden (Eduardo para sus amiguetes) es, o mejor debería decir era, hasta este pasado mes de mayo, un Administrador de Sistemas. Vamos, para aquellos que estáis fuera del mundillo tecnológico, un "informático". Pero en vez de esos que vienen a arreglarte la impresora o formatearte el PC porque se te ha colado un virus por meterte "sin querer" en esa página porno que tú y yo sabemos, era un informático de los que trabajan "en el zulo", administrando la red y todas esas cosas con nombres ingleses y muchas siglas, como el "fairguol", el "TCP" y el "ruter". Entre otras cosas, en su último trabajo se encargaba de la seguridad de la red. Y eso, si se hace bien, es informática de nivel.
Supongo que el hombre no lo haría muy mal ya que estuvo contratado primero por la CIA (en 2007), y luego trabajó para la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de los EE.UU., o sea, el hogar de los espías), más tarde destinado en Japón (2009), luego en Suiza, y por último, en Hawái (hasta mayo de 20013), aunque este último trabajo era a través de una empresa, una especie de subcontrata que trabajaba para la NSA. Por cierto, que ya quisiera yo ganar su sueldo, de unos 200.000 dólares anuales. Y viviendo en Hawái, qué guay. En fin, seguiremos soñando.
Bueno, pues resulta que a Eduardo no le gustaban algunas cosas que estaba viendo en su curro. Cuando Obama (otro nacido en Hawái, por cierto, mira tú qué casualidades) ganó las elecciones en 2009, Snowden pensó que las cosas que no le gustaban iban a cambiar. Pero nanay: todo siguió igual o peor. Así que, hace cinco meses, en mayo de 2013, harto hasta el moño, Eduardo se pidió una excedencia, hizo una excursioncita a Hong Kong y allí se puso a darle a la sin hueso con un periodista del The Guardian, un períodico británico muy conocido. Unos días después también fue entrevistado por periodistas del Washington Post (otro periódico famoso, aunque este de EE.UU.).
Lo que vino a decir Eduardo fue básicamente que la NSA se está dedicando a espiar las comunicaciones (email, llamadas telefónicas, mensajes de Facebook...) de todo el mundo en el planeta Tierra sin tener permiso para ello (tienen permiso para ciertos tipos de espionajes, pero al parecer el monstruo de espiar se les ha ido de las manos y se están extralimitando en sus funciones permitidas). Este espionaje se realiza sobre los ciudadanos estadounidenses, sobre sus potenciales enemigos (China, Siria, Irak, Corea del Norte...) y sobre sus teóricos "amigos" (con amigos como estos ¿quién quiere enemigos?): Reino Unido, Francia, Alemania, España... Y todo ello con la colaboración, más o menos forzada, de los grandes gigantes tecnológicos (Google, Apple, Facebook, Microsoft...)
Para sustentar estas afirmaciones, Snowden filtró a los periodistas miles de documentos clasificados como secretos, algunos de los cuales han ido apareciendo (y posiblemente aparezcan más) en los últimos meses.
(Por cierto, afirmaciones de esta índole ya habían aparecido anteriormente desde hace algunos años, pero nunca habían sido tan mediáticas como en esta ocasión, y al parecer no estaban acompañadas de pruebas tan contundentes).
(parte 1 de 3, continuará)
Imagen: Ave Caesar Morituri te Salutant, por Jean-Léon Gérôme (1859), donde se muestra a un grupo de gladiadores que saluda al emperador Vitelio.
Fuente: wikipedia.
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