Los divorcios y las separaciones suelen ser tristes. Al fin y al cabo, representan el fracaso de una relación que antes funcionaba más o menos bien (idealmente, hasta poco antes de la ruptura). Cuando la convivencia se estropea, a veces las partes se dan un tiempo y, eventualmente, si la cosa no se arregla, se van cada uno por su lado.
El Reino Unido dice que ya no quiere seguir con la UE, que se quiere ir, es el famoso brexit (dice la Fundéu que lo escribamos en minúsculas y cursiva). Ya veremos qué pasa al final, pues según he leído el tema no es nada fácil, por la forma de funcionar las cámaras de los Lores y de los Comunes, que podrían bloquear la salida, además del veto que podría intentar imponer el Parlamento escocés. Incluso en el caso de que finalmente se traduzca en una salida, podrían pasar unos dos años. ¡Fiuuuu!
Imagen: el Brexit. Fuente: wikipedia, VexelGroovyGraphics
Pero la cuestión no es si se va o no se va. O al menos, no es la más importante desde mi punto de vista. La cuestión es que la mitad del Reino Unido quiere divorciarse de la UE (52%) y la otra mitad no quiere (48%). El problema de los países es que, al contrario que cuando el divorcio lo quiere una persona, las naciones no tienen una voz unánime, por eso tenemos que funcionar a votos. Y en casos donde la sociedad está tan dividida como en este caso, todo son problemas, pues, se haga lo que se haga, la mitad del país se quedará con la idea de que ha perdido, que le han impuesto la postura del otro bando.
En Parlamento europeo estuvo dispuesto a hacerle algunas concesiones al Reino Unido a fin de que no se fuera, pero ahora que, a pesar de las concesiones, han votado por irse, muchos parlamentarios están achuchando y metiendo prisa para que se hagan los trámites cuanto antes, en una especie de "¿Quieres irte? ¡Pues ya estás tardando!" Y, por otro lado, los partidos independentistas y nacionalistas están aplaudiendo el resultado del referéndum como el gran triunfo de la libertad y de la soberanía (ahí están nuestros Trumps europeos: Marie LePen and company).
Personalmente, soy contrario a los nacionalismos y los movimientos independentistas. Alguien dijo que "el nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando". No soy tan radical, pero comparto el fondo del mensaje. Que no digo yo que no tenga su faceta positiva el no depender de nadie para tomar decisiones, pero los beneficios de estar en una unión grande, fuerte, con una moneda única, la libre circulación de personas y mercancías y unos derechos y obligaciones comunes sobrepasan holgadamente a los inconvenientes. A mí me gustaría que las leyes europeas tuvieran más peso aún en los gobiernos nacionales del que tienen actualmente. De hecho, creo firmemente en que cuanto antes lleguemos a un gobierno mundial, democracia y transparencia mediante, mejor nos irá. Ahí están la punta de lanza de las organizaciones internacionales como la ONU y las herramientas del Derecho Internacional. ¡A ver si fuera pronto!
Y, no obstante y a pesar de lo dicho, creo que hay que escuchar lo que tienen que decir todos. Ahora que tan de moda está en nuestra España el posicionamiento a favor o en contra del referéndum para la independencia de Cataluña, no entiendo que preguntarle a la gente sea una cuestión tan problemática. Hacer un referéndum no debería ser un problema, precisamente eso es la esencia de la democracia, oír lo que tiene que decir el pueblo, ¿no? De hecho, deberían hacerse referéndums para muchas más cuestiones (estudiando cómo se pueden usar las nuevas tecnologías para que no salga muy caro el asunto). Yo quiero un país unido, no quiero una Cataluña fuera de España, pero no tengo ningún miedo a dejar que cada uno diga lo que tenga que decir. Otra cosa es si sólo los catalanes tienen que tener voz o no, porque Cataluña también es algo que pertenece a todos, igual que mi pueblo pertenece a todos los españoles, catalanes incluidos. Además, el problema no es fácil pues también hay una polarización social cercana a la mitad-mitad. Pero hay que oír lo que tiene que decir la gente. En cualquier caso, la situación no es la misma que en el brexit, ya que en este último caso hablamos de alguien que se ha hecho socio de un club y ahora quiere darse de baja. No es lo mismo. Así que volvamos al tema, que me voy por las ramas.
Se produzca o no el brexit, el verdadero fracaso sería no aprender las lecciones que podamos extraer de aquí. Entre otras, deberíamos plantearnos la pregunta de porqué la mitad del Reino Unido ha querido largarse. ¿Es egoísmo, un querer estar sólo "a las maduras" y cuando les toca hacer sacrificios (económicos, sobre todo) lavarse las manos? ¿Y entonces por qué han querido permanecer Escocia, Irlanda del Norte, Gibraltar...? ¿Por qué han querido permanecer más del 75% de los jóvenes, y por qué han querido irse los más viejos de forma masiva? ¿Ha habido manipuladores que han mentido exagerando los inconvenientes de estar en la UE? ¿O han metido miedo con el tema de la inmigración? ¿Y dónde estábamos los europeístas convencidos para explicar las ventajas y desmentir los errores?
Otro punto a tener en cuenta es que no podemos dormirnos en los laureles. Creíamos que la UE era una planta que había echado sus raíces y ya funcionaba sola. Pues no. La planta necesita agua. Hay que "regar las macetas" cada día. Entre otras cosas, "regar las macetas" implica hacer pedagogía, explicarle a los que no lo tienen claro cuáles son las ventajas de estar unidos en este viaje. Para esto, conviene entrenarse con los que tenemos más cerca. Obligarnos a explicarles a otros las ventajas nos sirve a nosotros mismos para organizar nuestras ideas y ver las cosas más claras. Yo voy a practicar con mis sobrinos, si soy capaz de explicárselo a un niño ya tengo la mitad del camino andado.
No sé si finalmente te irás, Reino Unido, pero, en vista de que la relación hace aguas, si lo necesitas, tómate tu tiempo. Ojalá descubras que estamos hechos para estar juntos y quieras volver. Espero que estemos dispuestos a acogerte con los brazos abiertos.
Para terminar, aquí dejo una de las reflexiones más lúcidas que he leído en estos últimos días acerca del brexit por parte de un británico europeísta:
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/06/24/actualidad/1466796991_571333.html?rel=cx_articulo#cxrecs_s
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si tienes algo que decir, aquí puedes hacerlo