Es curioso, me regalaron este libro únicamente por el título, a raíz de una "batalla de insultos" que estábamos llevando a cabo. Esperaba encontrar en él técnicas sobre cómo elaborar un buen insulto, pero no: el texto no cumple, al leerlo, lo que parece prometer desde el título.
Sin embargo, sí que me ha gustado como una introducción al filósofo alemán, que me era totalmente desconocido. Después del libro, que se lee en unas 4 horas fácilmente, he leído en Internet algunas cosas sobre este autor y compruebo que muchas de ellas ya se deducen del libro. Así que para mí es suficiente (sí, ya sé que esto es una visión muy limitada, que no se puede comprender en su totalidad la filosofía de un autor a raíz de una serie de citas, que bla, bla, bla... Me da igual).
Me he dado cuenta de que a este tío no le preocupaba lo más mínimo el ser políticamente correcto. De hecho, la mayoría de las posturas que mantenía (más abajo) serían catalogadas hoy como "muy políticamente incorrectas", quitando tal vez el respeto por los derechos de los animales.
Algunas de las cosas que me han llamado la atención acerca de su pensamiento:
- la defensa radical de los derechos de los animales, y las tajantes acusaciones a quienes les hacen daño, no ya cuando habla de perros o bueyes, sino hasta de los más pequeños, como una araña. En este aspecto, a mí, que me declaro abiertamente antitaurino, me ha inclinado a generalizar y radicalizar un poco más mi propia postura.
- la misantropía que destila constantemente. Que si las mujeres son inferiores al hombre, que si son derrochadoras, hipócritas, que buscan la seguridad del matrimonio... ¡Uf! No sé cómo no se lo comieron las feministas de la época (o quizá sí lo hicieron, aunque en ningún momento las critica. Raro). También generaliza sobre las que heredan el patrimonio de su marido al enviudar y luego lo derrochan (a lo mejor tuvo algo que ver su madre, con la que no tuvo una buena relación)
- su ateísmo y sus curiosas opiniones sobre la idea de Dios y en particular del infierno. Muy, muy interesante su reflexión sobre el infierno para poner en evidencia la idea clásica de Dios que nos ha vendido el cristianismo: un dios que creó hombres imperfectos, tramposo ("les tendió una trampa en la que sabía que habrían de caer"), cruel ("habría creado de la nada a una estirpe débil y sometida al pecado para entregarla después a interminables tormentos"), contradictorio ("prescribe la indulgencia y el perdón [...] incurre en lo contrario [...] una mera venganza")
- los ataques a los que mucho leen y no hacen sino consumir las ideas de otros ("comida recalentada") sin pasar más allá de leerlas y no desarrollan sus propios pensamientos. Tomemos nota, por la cuenta que nos trae.
- las críticas a filósofos contemporáneos suyos que estaban consagrados y reconocidos socialmente. Desde luego, sería muchas cosas, pero no un cobarde. No se cortaba un pelo al meterse con las "vacas sagradas" de su época, en particular a Hegel, a quien pone a caer de un burro varias veces
- su profundo pesimismo vital ("la única felicidad consiste en no haber nacido", "este mundo es el peor de los posibles"). La vida se mueve todo el tiempo del dolor al tedio, como si fueran los dos extremos de un péndulo macabro
- las referencias a la filosofía oriental, en particular al budismo. En algún sitio de Internet leí que fue el primer gran filósofo occidental que introdujo ideas de filosofía oriental en Europa. También dice que a la mujer habría que tratarla como en las culturas orientales, y no con esa aberración de la "dama" al estilo romántico caballeresco que en Europa han desarrollado los franceses y los demás hemos heredado
- las críticas a los filósofos que en enrollan en expresiones altisonantes, con "palabros" rebuscados, buscando aparentar erudición, cuando en realidad no es más que oscurantismo y falsas apariencias de sabiduría. También critica mucho a la filosofía alemana en general (cita un dicho inglés con la expresión ser más oscuro que la "German metaphysics")
Bueno, muchas más cosas (críticas contra los periodistas, reyes, juezas, químicos que filosofan, jurados populares...) que hacen que leer este libro sea divertido e interesante. Y polémico.
Ya sabéis: no leáis demasiado.
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