Otra
noche en la que me desvelo a las dos de la madrugada. Cuando llevo
treinta minutos dando vueltas en la cama decido hacer algo de provecho, o
al menos, algo tan inútil como dar vueltas: ponerme a leer un rato.
De
esta forma me terminé anoche el libro que había empezado hace una
semana: La Casa de las Dunas, de un (desconocido para mí hasta este
momento) Maxence Van Der Meersch, escritor francés (aunque nieto de belgas).
Si queréis buscar algo de este escritor, la wikipedia en español aún no tiene un artículo, aunque sí existe en las wikipedias en inglés, en francés, en catalán y en algunos otros idiomas. Aunque si queréis saber algo más de él (las entradas de la wikipedia son una biografía de hechos fríos), os recomiendo este artículo por Alfredo Méndiz que he descubierto en un foro literario, donde comentan su obra y su trayectoria literaria.
http://www.abretelibro.com/foro/viewtopic.php?t=27277
La trama del libro se centra en el contrabando de tabaco entre Francia y Bélgica. Los protagonistas son contrabandistas que andan siempre a la búsqueda de oportunidades para esquivar la vigilancia de los aduaneros, quienes los detendrían si los pillaran e incluso podrían dispararles, aunque luego se encuentren tanto contrabandistas como aduaneros en el bar y se inviten mutuamente a una copa, como si hubieran llegado a una zona neutral donde se suspende temporalmente la batalla que mantienen a diario.
El libro no me cautivó desde el principio, me costó un poco engancharme, pero he de reconocer que me ha ido ganando paulatinamente. Hacia el final de esta su primera novela es cuando se alcanzan los párrafos mejor escritos, en mi opinión. En particular, me gustó especialmente la forma en que describe la felicidad que Silvio sentía en la pequeña taberna (la "casa de las dunas"), arreglando las cosas o tumbado bajo la sombra de los árboles, o la maestría con la que describe los sentimientos que le inspira la joven Pascualina. Intensos sentimientos donde uno cree, en unos momentos de ingenuidad y fe, que la renovación es posible, que se pueden arreglar todos los errores de una vida para volver a empezar desde cero en una segunda oportunidad. ¡Ay, qué ingenuo! ¡La vida no concede segundas oportunidades casi nunca! Al mismo tiempo, Silvio se enfrenta a las complejidades morales de compaginar este enamoramiento de Pascualina con el hecho de su matrimonio y de llevar una vida de delincuencia dedicada al contrabando de tabaco entre Bélgica y Francia.
Por cierto, éste es el marco geográfico de la novela, cerca de la ciudad francesa de Dunkerque (famosa por las batallas de la II Guerra Mundial) y la belga Veurne (que en la traducción que yo tengo llaman Furnes) (Mapa procedente de openstreetmap.org)
En esta novela el paisaje costero, la tierra de dunas (que dan nombre a la casa o mesón), áspera, desolada, azotada por el viento, se convierte casi en un personaje más de la novela. En eso me recuerda a Comar McCarthy, en el que el paisaje adquiere un protagonismo especial (aunque los paisajes de éste último sean mucho más calurosos, pero son igualmente duros y extremos para la supervivencia).
Resumiendo: me ha gustado descubrir este paisaje, me ha gustado descubrir a este escritor, que creo que está injustamente olvidado y estoy deseando leerme su novela "Cuerpos y Almas", que según en leído en varios sitios es la más famosa.
Otras entradas relacionadas. Sobre dunas escribí
aquí: http://dandolealaolla.blogspot.com.es/2009/03/tras-las-huellas-de-buzz.html
y aquí http://dandolealaolla.blogspot.com.es/2009/01/ruta-2.html
y aquí http://dandolealaolla.blogspot.com.es/2007/01/agua-la-vistaaaaaaaa.html
Tu reseña ha sido perfecta, muy completa. Gracias por compartir estaba buscando información de este libro.
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