El señor Zapan miraba con cierta envidia la capacidad creativa de su vecina, pues él también había intentado, durante un tiempo, retocar sus fotografías, pero nunca había conseguido ningún resultado admirable.
Este sentimiento fue evolucionando de una envidia sana y agradable a un malestar general cuando veía que no había forma de sacarle información a la vieja acerca de las técnicas o incluso el programa informático que utilizaba para retocar las fotos.
Pero el colmo fue cuando la señora Lojin ganó, casi al mismo tiempo, el concurso de fotografía creativa que una conocidísima marca de artículos de fotografía convocó por Internet, y el concurso de carteles para la Semana Nacional de Biología de la Universidad de Pituna, con dos de sus características fotografías deformadas y oscuras.
- Señora Lojin, ¿por qué no me explica cómo consigue aplicar ese efecto tan personal a sus fotografías?, preguntaba el señor Zapan.
- Ya sabe que un mago nunca revela el secreto del truco. Del mismo modo, yo no puedo revelar ese secreto.
Aquí la parte 1. Y aquí la parte 2.
Foto: la cocina de la señora Lojin, donde solía invitar a café a sus vecinos y, a pesar de ello, amigos.
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sábado, 27 de enero de 2007
martes, 16 de enero de 2007
Pa habernos matao
Bueno, ya daremos más detalles, pero en la excursión de este domingo (Archena-Blanca, 13 km) tuvimos muchas cosas, pero sobre todo, dos subidones de adrenalina.
En primer lugar, tuvimos que cruzar el río "a la pata la llana". Parecía no llevar casi agua en ese azud, pero los 20 m caminando sobre algas en la presa se hicieron muuuuyyyy largos (y resbaladizos). Aquí podéis ver a MJ pensándose si cruzar o no.
Muy bonita la llegada a la otra orilla, donde había un coche, con un yonki dentro, entreteniéndose en clavarse no sé qué en sus castigados bracitos. El tío se quedó mirándonos un poco mosqueado cuando nos vio aparecer de la nada, caminando sobre las aguas, como ese tal Jesús hizo una vez que se aburría.
Por otro lado, tuvimos que hacer algo de escalada, y esto fue el verdadero subidón. Resulta que tú vas tan tranquilo, andando por la orilla del río, y de pronto ves que las montañas se van cerrando
Pero vale, te haces el valiente. "Si el río pasa, yo también", te dices entre dientes (pero en el fondo, no te lo crees). Eso vale hasta que de pronto te encuentras con esta presa que te corta el camino...
...y claro, como no eres ningún salmón para pegar un supersalto de esos que te pase al pantano que hay al otro lado, decides que hay que esquivarla.
Como a la derecha está la montaña de la foto anterior, no queda más opción que trepar por la izquierda
que viene a ser algo así
Como bien dice MJ, "Pa habernos matao, madre, pa habernos matao". Y todo por no volver por donde nuestro amigo el yonki, para no despertarlo, por si se encontraba el pobre hombre durmiendo la siesta.
El caso es que ahora, si tuviera que repetir el camino, ya sé por dónde hay que ir sin peligro (es lo que tiene la experiencia, que siempre nos llega tarde).
A esta abeja la sorprendí haciendo su sesión de escalada, pero hay que reconocer que ella tiene alas. Esto es una ventaja, se mire por donde se mire.
Espero que os guste esta foto tanto como a mí, que para obtenerla tuve que exponerme a que me picaran todas las abejas del mundo mundial.
En primer lugar, tuvimos que cruzar el río "a la pata la llana". Parecía no llevar casi agua en ese azud, pero los 20 m caminando sobre algas en la presa se hicieron muuuuyyyy largos (y resbaladizos). Aquí podéis ver a MJ pensándose si cruzar o no.
Muy bonita la llegada a la otra orilla, donde había un coche, con un yonki dentro, entreteniéndose en clavarse no sé qué en sus castigados bracitos. El tío se quedó mirándonos un poco mosqueado cuando nos vio aparecer de la nada, caminando sobre las aguas, como ese tal Jesús hizo una vez que se aburría.
Por otro lado, tuvimos que hacer algo de escalada, y esto fue el verdadero subidón. Resulta que tú vas tan tranquilo, andando por la orilla del río, y de pronto ves que las montañas se van cerrando
Pero vale, te haces el valiente. "Si el río pasa, yo también", te dices entre dientes (pero en el fondo, no te lo crees). Eso vale hasta que de pronto te encuentras con esta presa que te corta el camino...
...y claro, como no eres ningún salmón para pegar un supersalto de esos que te pase al pantano que hay al otro lado, decides que hay que esquivarla.
Como a la derecha está la montaña de la foto anterior, no queda más opción que trepar por la izquierda
que viene a ser algo así
Como bien dice MJ, "Pa habernos matao, madre, pa habernos matao". Y todo por no volver por donde nuestro amigo el yonki, para no despertarlo, por si se encontraba el pobre hombre durmiendo la siesta.
El caso es que ahora, si tuviera que repetir el camino, ya sé por dónde hay que ir sin peligro (es lo que tiene la experiencia, que siempre nos llega tarde).
A esta abeja la sorprendí haciendo su sesión de escalada, pero hay que reconocer que ella tiene alas. Esto es una ventaja, se mire por donde se mire.
Espero que os guste esta foto tanto como a mí, que para obtenerla tuve que exponerme a que me picaran todas las abejas del mundo mundial.
viernes, 12 de enero de 2007
Agua a la vistaaaaaaaa
Ante todo, muchas gracias a los que os habéis pasado por aquí. Ah, y feliz año nuevo, que ahora que lo pienso, es mi primera entrada de 2007.
Un día de marzo de 2006, andábamos MJ y yo junto al Segura, en Archena, en una zona acondicionada por el ayuntamiento para pasear junto al río. Llegado el momento de irnos, me dije:
(aquí va mi voz aterciopelada y cazallera) - Oye, ¿por qué no volvemos dentro de unos días y seguimos paseando desde el punto en el que nos hemos quedado?
Aún quedaba un buen trecho de zona habilitada, y me había gustado, así que me daba pena no terminar de recorrerla entera.
Dicho y hecho. A los pocos días, continuamos andando hasta agotar ese paseo. Una vez terminado, decidimos seguir por la orilla del río, pasito a pasito... y me propuse seguir así, a lo largo de muchos días, hasta llegar a la desembocadura, en Guardamar. Total, ¿no hay quien se hace el camino de Santiago, que son muchíííííísimos más kilómetros? (dependiendo de donde se empiece, claro...)
(Primera foto del recorrido, junto al puente de hierro de Archena. Marzo 2006).
Ese fue el comienzo. Cada día que podía (especialmente, los fines de semana) iba haciendo un tramo, a veces solo, a veces acompañado. Las distancias dependían mucho de las horas disponibles. Ha habido tramos de río desde 2 hasta 12 km. Hay que tener en cuenta que luego había que regresar hasta el coche, con lo cual, el camino andado en realidad ha sido el doble de la longitud del tramo de río correspondiente. También el verano fue bastante malo, por el calor y esas menudencias; así que interrumpimos las salidas al río, y no volvimos a reengancharnos hasta finales de octubre.
El caso es que el pasado día 27 de diciembre llegué a Guardamar, con lo cual se culminaba la aventura (de ahí el título de esta entrada). Ha habido muchas anécdotas por el camino, y seguramente aquí escribiré alguna, pero primero me interesan los datos técnicos de la ruta. Como estos datos no tenían mucho sentido sin esta explicación, por eso la pongo antes.
(Última foto del recorrido. Atardecer en Guardamar, junto a las famosas dunas. 27 de diciembre de 2006).
En realidad, la aventura no ha hecho nada más que empezar. Desde que aprendí que lo importante es el camino y no la meta, he tenido ese principio muy presente.
Y como me ha gustado, ahora voy a hacer la parte alta del río, desde Archena hasta el nacimiento.
Seguiré informando.
Nota: si queréis ver más fotos de este período, podéis mirar las del álbum en Flickr comprendidas entre agosto y enero de 2007.
Un día de marzo de 2006, andábamos MJ y yo junto al Segura, en Archena, en una zona acondicionada por el ayuntamiento para pasear junto al río. Llegado el momento de irnos, me dije:
(aquí va mi voz aterciopelada y cazallera) - Oye, ¿por qué no volvemos dentro de unos días y seguimos paseando desde el punto en el que nos hemos quedado?
Aún quedaba un buen trecho de zona habilitada, y me había gustado, así que me daba pena no terminar de recorrerla entera.
Dicho y hecho. A los pocos días, continuamos andando hasta agotar ese paseo. Una vez terminado, decidimos seguir por la orilla del río, pasito a pasito... y me propuse seguir así, a lo largo de muchos días, hasta llegar a la desembocadura, en Guardamar. Total, ¿no hay quien se hace el camino de Santiago, que son muchíííííísimos más kilómetros? (dependiendo de donde se empiece, claro...)
(Primera foto del recorrido, junto al puente de hierro de Archena. Marzo 2006).
Ese fue el comienzo. Cada día que podía (especialmente, los fines de semana) iba haciendo un tramo, a veces solo, a veces acompañado. Las distancias dependían mucho de las horas disponibles. Ha habido tramos de río desde 2 hasta 12 km. Hay que tener en cuenta que luego había que regresar hasta el coche, con lo cual, el camino andado en realidad ha sido el doble de la longitud del tramo de río correspondiente. También el verano fue bastante malo, por el calor y esas menudencias; así que interrumpimos las salidas al río, y no volvimos a reengancharnos hasta finales de octubre.
El caso es que el pasado día 27 de diciembre llegué a Guardamar, con lo cual se culminaba la aventura (de ahí el título de esta entrada). Ha habido muchas anécdotas por el camino, y seguramente aquí escribiré alguna, pero primero me interesan los datos técnicos de la ruta. Como estos datos no tenían mucho sentido sin esta explicación, por eso la pongo antes.
(Última foto del recorrido. Atardecer en Guardamar, junto a las famosas dunas. 27 de diciembre de 2006).
En realidad, la aventura no ha hecho nada más que empezar. Desde que aprendí que lo importante es el camino y no la meta, he tenido ese principio muy presente.
Y como me ha gustado, ahora voy a hacer la parte alta del río, desde Archena hasta el nacimiento.
Seguiré informando.
Nota: si queréis ver más fotos de este período, podéis mirar las del álbum en Flickr comprendidas entre agosto y enero de 2007.
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