Pena de 5 euros (me ahorré 1,5 por el descuento) que pagué ayer para ver la última del Deep: "Enemigo..." (aquí iba a escribir el título completo, pero es que ni eso se merece).
Lenta en exceso, secuencias de tiroteos que duran una eternidad, y encima sin ser emocionantes (¿de verdad hace falta que sean tan largas para contar la historia?), trozos que parece que están rodadas en "modo documental", como si se hubieran echado la cámara al hombro, al más puro estilo REC o La Bruja de Blair, y encima con una textura de película que recuerda más a las incursiones de los paparazzis en las casas de los famosos que estar viendo un producto de Hollywood; conversaciones triviales con un fondo de música de "escena sublime" (en una peli NO PUEDEN ser todas las escenas sublimes, SOLO UNA O DOS escenas pueden serlo, si no, se pierde la idea)...
Y eso que tenían entre manos una historia buena, que si no, a saber lo que hubieran hecho.
En fin, una pelota conglomerada de despropósitos tan grande que hizo que me arrepintiera de ir al cine en muchos años. Y eso que normalmente tengo el listón un poco bajo. Audiovisualmente hablando, podría decirse que casi "me lo como tó".
O también puede ser que yo estuviera torcido ayer, pero lo dudo, porque para comer me metí entre pecho y espalda un plato de cocido que no se lo salta un galgo (sí, ya sé que ayer era pleno verano, 20 de agosto, pero no pude resistirme), y eso normalmente me deja una sonrisa en la cara que tarda un par de días en borrárseme.
En fin, mi opinión sobre esa peli: una mieeeeellllllda (ahora alguien que complete: "...pinchá en un palo").
Foto: en Lanzarote, parece ser que César Manrique era todo lo contrario del John Dillinger: era un "Amigo público". Toda la isla está plagada de monumentos y obras de este artista. En la imagen: entrada a su fundación. Los huesos que hay colgados en la pared son, si no mintió el guía, de camello (!).
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