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jueves, 5 de octubre de 2017

Manifestaciones, muros y soterramientos

Creo poco en las manifestaciones. Por ejemplo, para mostrar la repulsa por un atentado. Pienso que si alguien me lo explica, quizás cambie de opinión, pero así, a bote pronto, me parece que por todos es sabido que la gran mayoría de la población aborrece estas cosas. Y a quien comete el atentado le da poco más o menos igual lo que piense "el pueblo". De hecho, quizás hasta le venga bien que se le dé importancia y visibilidad. Al fin y al cabo, para eso se reinvidican los atentados, ¿no?



Pero, como he dicho, creo poco, que no significa lo mismo que creer nada.

Cuando un pueblo se manifiesta, como lo hizo Murcia este pasado sábado día 30, para decirle a sus gobernantes que lo del AVE sin soterramiento es una aberración (o, mejor, como rezaba una pancarta, una AVE-rración), sí que tuve, por un momento, la esperanza de que los responsables políticos recularan. Aunque tan solo fuera por el miedo a perder votos de una masa tan grande: 40.000 participantes, según los organizadores, en cualquier caso, mucha gente. Si yo fuera político, me daría un poco de miedo la repercusión que puede tener esta movilización en las urnas.

Ingenuo de mí. Como tantas otras veces, me equivocaba.

Ya han comenzando a construir el muro. Otro muro más. Qué necesitado que está el planeta de muros...


PARA SABER MÁS

Blog de la Plataforma Pro-Soterramiento (Murcia), para quien quiera conocer en detalle el problema.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Nunca es tarde para aprender

...aunque las clases a recibir sean de snowboard, y eso implique pegarse unos cuantos batacazos contra el suelo o, mejor dicho, contra la nieve.


Y es que la mente se puede ejercitar como un músculo. Si dejamos de usarla, si dejamos de exigirle, de aprender cosas nuevas, el cerebro se acomoda, se relaja y poco a poco se va atrofiando. Por eso, me encanta aprender constantemente cosas nuevas, aunque nada más sea como un entrenamiento mental.

Pero es que, además, el cuerpo también tiene una especie de "memoria". Siempre se ha dicho aquello de "montar en bicicleta no se olvida". Pues bueno, si combinamos el aprendizaje mental con "aprendizaje corporal", tenemos la combinación perfecta.

Una forma de conseguirlo es aprender a practicar un nuevo deporte que nos sea desconocido. En mi caso, la semana pasada lo intenté con el snowboard. Y, aunque el resultado no fue el esperado (tuve que abandonar las clases a mitad de semana, por un fuerte golpe), estoy contento con la experiencia.

jueves, 26 de enero de 2017

Caminante, tú como si no hubiera camino

A veces sí hay caminos, otros los han trazado al pasar por delante de nosotros. Algunas personas incluso quieren decirnos por dónde tenemos que andar, qué camino debemos seguir.

Pero, para mí, la grandeza de estos versos de Antonio Machado está en decirnos que da igual que haya o no haya camino, lo interesante de la vida está en actuar como si no lo hubiera. Esto implica hacerse uno su propio camino. Sí, es más trabajo, pero... compensa. Siempre es mejor hacerte tu propio camino que seguir uno que no disfrutas.

Desde luego, es más cómodo dejarse llevar y circular por un camino que nos dan hecho. Todo está genial: los histos del camino están claros, sabemos de antemano lo que encontraremos... todo muy seguro, controlado y predecible, sí, pero también un poco aburrido.

En esos momentos, lo que en principio podría parecer un problema, que el camino se viera bruscamente interrumpido, si lo pensamos con tranquilidad, puede que sea una bendición más que un castigo. Unas lluvias inesperadas pueden producir unos socavones con los que no contamos.

A mí me ha pasado alguna vez. Cuando más cómodo me encontraba, de pronto me he encontrado un bache, o dos... o un camino roto. Y, a veces, nada mejor que el que todo se estropee para que todo se arregle.

El sábado me encontré este camino roto. Fue una fuente de descubrimientos. En primer lugar, reactivó mi capacidad de asombro: la Naturaleza no deja de sorprenderme. Menuda fuerza la del agua para hacer estos socavones. Eso sin contar con que unas lluvias en Murcia siempre son una bendición (aunque en esta última ocasión la naturaleza se ha excedido un poco, la verdad). En segundo lugar, me obligó a mirar a los lados. Al tener que esquivar el obstáculo, tuve que mirar el paisaje que me rodeaba, que, de otro modo, quizás me hubiera pasado un poco más desapercibido.


Otra ventaja de los caminos difíciles es que uno se obliga a deshacerse del lastre y quedarse únicamente con lo esencial, ya sea en lo material o en lo personal. Como imagino que le pasaría a Alfonso XIII cuando inauguró el pantano en el "Caminito del Rey". Pero esa es otra historia.
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