¡Vaya descubrimiento! Ese momento épico en el que, haciendo un poco de deporte, corriendo por la huerta, de pronto descubres que la Humanidad ha decidido hacerte un homenaje en forma de una calle dedicada.
Vaya, ¿tanto se me nota?
Esta calle para mí y para todos mis compañeros.
No sé por dónde saldré a correr en el futuro, pero creo que siempre visitaré esta calle ;-)
Esto me ha recordado las calles del Whisky y Del Amor Hermoso, de las que hablé en una entrada anterior o las calles meteorológicas de Laroles. Por último, también me ha recordado que encontré la famosa "calle de la Amargura" en La Habana
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