El viernes pasado, en la Plaza Mayor de Madrid, fui testigo de cómo un ser aparentemente inofensivo como Bob Esponja consiguió acorralar contra la pared a una patrulla policial a caballo.
Y es que el Bob es mucho Bob. Además, tiene todo lo que una mujer podría desear en un hombre: es rubio, tiene los ojos azules y está cuadrado.
Los pobres polis estuvieron allí arrinconados junto a la arcada de la Casa de la Carnicería hasta que Bob decidió abandonar la plaza paseando tranquilamente.
Y es que, si veis los dibujos, os daréis cuenta de que el tal Bob no es tan inocente como lo pintan. Viendo esto, yo también me acojonaría
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