Vale que hay que respetar a todos los seres vivos. Y, de momento, las plantas entran en la definición, aunque es probable que pronto salgan fuera de esa clasificación, al igual que los funcionarios.
Pero un poco de tatuaje, aunque dañino para la planta, no deja de tener su interés gráfico. Un poco de aumento del contraste, reducción de la saturación, recorte de la imagen (por no encuadrar bien a la hora de disparar) y un marco, et voilà.
Y es que los seres humanos somos así. Nos empeñamos en dejar huella por donde quiera que pasamos. ¿Cuál será el motivo: trascendencia, búsqueda de la inmortalidad, angustia vital... o es nuestra forma de echar nuestro "pis de marcar el territorio"?
Por cierto, los retoques hechos con el Irfanview. Una joyica de programa.
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