
Mientras tanto, los adultos hablaban de sus cosas: que si fulanita, que si menganito, que si la forma tan rara de hablar en las islas...
De pronto, un pequeño grito semi-represivo dirigido al niño y a la madre al mismo tiempo:
- ¡No bebas agua del vaso! Y, dirigiéndose a los adultos: - Es que ha metido el cochecito en el vaso, y ahora ese agua sabe Dios cómo estará...
- No importa. Es vitamina M
- ¿Vitamina M?
- Sí. De mierda. Así se inmuniza.
* * *
La esposa de un compañero de trabajo dice que un niño que no se ensucia no desarrolla su mente.
* * *
Creo que las decepciones que nos llevamos en la vida, muchas veces también sirven como "vitamina M" para el espíritu.
Hay muchos dichos populares en ese sentido: "Lo que no me mata me hace más fuerte", "Lo que no mata, engorda"...
Así que, ale, a vitaminarse y mineralizarse.
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