Hace poco estuvimos en Torremolinos (28 al 30 de septiembre). Las vistas desde el hotel eran magníficas. Además, coincidió que el 29 era la feria de San Miguel, dado lo cual nos acercamos al recinto ferial. Se parece bastante a lo que se monta en Murcia para la feria de septiembre, en la Fica, pero es bastante más grande. Una diferencia importante son las casetas de los grupos (o peñas, o como se llamen).
En el hotel creo que éramos los únicos españoles. La media de edad, sin contarnos a nosotros, era de unos 80 años por lo menos, y, a juzgar por los periódicos que leían, casi todos eran alemanes y holandeses.
Es curioso cómo estos europeos valoran mucho más que nosotros la riqueza climática, ecológica y patrimonial que tenemos, con este clima tan estupendo, tantos monumentos, restos arqueológicos, bares donde se puede comer por poco dinero (sí, es verdad, cada vez cuesta un poco más encontrarlos, gracias a la conversión automática 1 euro = 100 ptas). Y aquí, nosotros empeñados en pillarnos las vacaciones en julio y/o agosto, y si no podemos, ponemos mala cara.
Desde siempre me ha gustado viajar en septiembre y octubre. Menos saturación, menos calor, menos precio... Más calidad.
Menos es más.
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