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martes, 27 de enero de 2009
De los primericos
Lo que quizás fuera uno de los primeros batipsterios cristianos de todo el Levante español. En Algezares, s. IV (o sea, que los cristianos acababan de salir, como quien dice, del armario, merced al Edicto de Milán). ¿Quién le iba a decir a Constantino que sus decisiones tendrían reflejo aquí en Algezares? Si es que el mundo es un pañuelo... ¡y yo en mi cosina!
Ruta 2
Es hora de una nueva ruta. El antiguo camino sigue ahí, claro. Y que dure mucho. Pero ahora necesito más agua y menos tierra. Menos solidez.
El río se encajona entre dos orillas de tierra firme. Si uno cae dentro, como el cauce es pequeño, rápidamente se puede nadar a uno u otro lado y ponerse a salvo. Además, dado el minúsculo tamaño de nuestro río, sería difícil encontrar un tramo donde cubra. Aunque ha habido tramos duros, uno no puede decir que arriesgue la vida (salvo alguna locura ocasional).
Con el mar es distinto. Caminar junto a él es tener todo un lado incierto. A la derecha la arena, las dunas y todo el espacio de tierra firme. A la izquierda el Mediterráneo (para hacer la foto me di la vuelta, por eso derecha e izquierda están al revés). ¿Qué le vamos a hacer, eh, Juan Manuel? Si uno, agobiado por el Lorenzo implacable se mete en el agua, ha de andarse con cuidado: a poco que te descuides, te puedes perder mar adentro, arrastrado por una corriente traicionera. Tiene su peligro. Tiene su riesgo. Y tiene su belleza.
En cuanto a la tierra, de momento ha sido muy suave. Todo arena, un poco de asfalto (el puerto de San Pedro) y la zona pantanosa de Punta de Algas. También un porrazo al quebrar una madera en la pasarela-puente, cosa que jamás me pasó en los ruinosos puentes del río Segura. Pero preveo que vendrán pruebas más duras.
Para los registros: 15 km. Playa de El Mojón, Puerto de San Pedro del Pinatar, La Llana (en la foto, ¿chula, eh?), Punta de Algas y, finalmente, Villananitos, primera playa del Mar Menor.
Por cierto, y mirando la segunda foto. ¿Alguien me dice por qué se llama Punta de Algas ;-)?
Más fotos del día, aquí.
El río se encajona entre dos orillas de tierra firme. Si uno cae dentro, como el cauce es pequeño, rápidamente se puede nadar a uno u otro lado y ponerse a salvo. Además, dado el minúsculo tamaño de nuestro río, sería difícil encontrar un tramo donde cubra. Aunque ha habido tramos duros, uno no puede decir que arriesgue la vida (salvo alguna locura ocasional).
Con el mar es distinto. Caminar junto a él es tener todo un lado incierto. A la derecha la arena, las dunas y todo el espacio de tierra firme. A la izquierda el Mediterráneo (para hacer la foto me di la vuelta, por eso derecha e izquierda están al revés). ¿Qué le vamos a hacer, eh, Juan Manuel? Si uno, agobiado por el Lorenzo implacable se mete en el agua, ha de andarse con cuidado: a poco que te descuides, te puedes perder mar adentro, arrastrado por una corriente traicionera. Tiene su peligro. Tiene su riesgo. Y tiene su belleza.
En cuanto a la tierra, de momento ha sido muy suave. Todo arena, un poco de asfalto (el puerto de San Pedro) y la zona pantanosa de Punta de Algas. También un porrazo al quebrar una madera en la pasarela-puente, cosa que jamás me pasó en los ruinosos puentes del río Segura. Pero preveo que vendrán pruebas más duras.
Para los registros: 15 km. Playa de El Mojón, Puerto de San Pedro del Pinatar, La Llana (en la foto, ¿chula, eh?), Punta de Algas y, finalmente, Villananitos, primera playa del Mar Menor.
Por cierto, y mirando la segunda foto. ¿Alguien me dice por qué se llama Punta de Algas ;-)?
Más fotos del día, aquí.
miércoles, 21 de enero de 2009
¿Más cine? No, Aute: ¡mejor cine!
Lunes, 19. Thader, sala VIP. El Intercambio (A. Jolie, dirige y MUSICA: Clint Eastwood).
Floja y lenta. Me dormí un ratico. Algún que otro momento emotivo, pero de poquísima duración.
Respecto a la sala VIP, es la primera vez que entro, y porque entre semana el precio era el mismo, que si no, no me merece la pena. Lo único que tienes es más espacio entre las butacas, pero eso es una desventaja si vas acompañado, en vez de ser una ventaja. Y no lo digo con picaresca, sino con simple ingenuidad. A veces te apetece soltar una frase, o una ocurrencia en una escena concreta y, claro, si quien te acompaña está en el quinto pino, pues como que no. Además, como el asiento de delante está tan lejos (una ventaja de la sala VIP para que estires las piernas cómodamente), encima los pies no te llegan o te llegan por los pelos, no los puedes poner en el respaldo delantero y no estás todo lo cómodo que podías (vale, ya sé que eso de los pies en el respaldo delantero es una ordinariez, pero me dolían las piernas, en la sala sólo estábamos 4 personas y me apetecía). Y ¡qué coño!: si es una sala VIP, al menos que te pongan un soporte para estirar las piernas.
Martes, 20. Rex. Siete almas (Will Smith).
Lenta también, aunque algo más intensa (no demasiado, tampoco). También me dormí otro ratico. La idea de la peli está bien. Además, me sirvió para enterarme de que el animal más venenoso de la Tierra... no está en tierra, sino en el mar: la avispa de mar. Al menos, aparece en un contexto poético en la película. Un poco de poesía siempre viene bien, especialmente en estos tiempos tan grises. El otro detalle destacable son los labios de la prota. No es una tía especialmente guapa, pero tiene unos morritos impresionantes, de esos que te dan ganas de comértelos nada más verlos.
La verdad es que debo de ser yo, pero últimamente, me suelo aburrir en el cine. En fin, tendré que ir a ver algo español, a ver si mejora la cosa.
Foto: puesta de sol en la playa de Salobreña, hace unos años. Por suerte, la avispa de mar sólo está en las costas de Australia, así que aquí nos podemos bañar sin miedo. Hace tiempo que no veo esas tierras y esas aguas. Habrá que ir volviendo.
Floja y lenta. Me dormí un ratico. Algún que otro momento emotivo, pero de poquísima duración.
Respecto a la sala VIP, es la primera vez que entro, y porque entre semana el precio era el mismo, que si no, no me merece la pena. Lo único que tienes es más espacio entre las butacas, pero eso es una desventaja si vas acompañado, en vez de ser una ventaja. Y no lo digo con picaresca, sino con simple ingenuidad. A veces te apetece soltar una frase, o una ocurrencia en una escena concreta y, claro, si quien te acompaña está en el quinto pino, pues como que no. Además, como el asiento de delante está tan lejos (una ventaja de la sala VIP para que estires las piernas cómodamente), encima los pies no te llegan o te llegan por los pelos, no los puedes poner en el respaldo delantero y no estás todo lo cómodo que podías (vale, ya sé que eso de los pies en el respaldo delantero es una ordinariez, pero me dolían las piernas, en la sala sólo estábamos 4 personas y me apetecía). Y ¡qué coño!: si es una sala VIP, al menos que te pongan un soporte para estirar las piernas.
Martes, 20. Rex. Siete almas (Will Smith).
Lenta también, aunque algo más intensa (no demasiado, tampoco). También me dormí otro ratico. La idea de la peli está bien. Además, me sirvió para enterarme de que el animal más venenoso de la Tierra... no está en tierra, sino en el mar: la avispa de mar. Al menos, aparece en un contexto poético en la película. Un poco de poesía siempre viene bien, especialmente en estos tiempos tan grises. El otro detalle destacable son los labios de la prota. No es una tía especialmente guapa, pero tiene unos morritos impresionantes, de esos que te dan ganas de comértelos nada más verlos.
La verdad es que debo de ser yo, pero últimamente, me suelo aburrir en el cine. En fin, tendré que ir a ver algo español, a ver si mejora la cosa.
Foto: puesta de sol en la playa de Salobreña, hace unos años. Por suerte, la avispa de mar sólo está en las costas de Australia, así que aquí nos podemos bañar sin miedo. Hace tiempo que no veo esas tierras y esas aguas. Habrá que ir volviendo.
sábado, 10 de enero de 2009
Conexiones en tres días
Día 1. Salgo de su casa pero aún no quiero irme a la mía. Decido irme a pasear por Murcia. De casualidad, en la plaza de Santo Domingo me encuentro un concierto de los hijos de Ibrahim Ferrer. Me quedo hasta que termina. Me encanta.
* * *
Día 2. Me consigo alguna música de Ibrahim Ferrer. Escucho Bruca Maniguá, y me deja intrigado. Creo entender algunas frases en español, pero hay otras que me despistan muchísimo, con un lenguaje críptico de resonancias africanas.
* * *
Día 3. Vuelvo a escuchar la canción y decido investigar un poco. Al principio, todos los sitios que encuentro en Internet me dan la letra, pero ninguna explicación, lo cual contribuye a aumentar la intriga.
Poco a poco voy descubriendo que el autor murió antes de que yo naciera. Otros, recomiendan escuchar la versión de la Billo’s Caracas Boys. Lo haré.
Al final encuentro un comentario de un cuadro de Carlos Luna, "El Gran Mambo" , por Enrique García. La tercera nota al pie del artículo me da algunas claves [url: http://carlosluna.com/EnriqueGarciaEsp#_ftn3] y finalmente, descubro que Bruca Maniguá es "El monte".
El monte es el lugar donde el negro africano encontraba la libertad, porque allí no pudieron llegar los negreros para capturarlos y hacerlos esclavos. El monte es la clave, el camino del monte es el camino de la libertad.
Ahora, escucha la canción sabiendo eso y dime si es lo mismo que oírla sin saberlo.
* * *
Día 2. Me consigo alguna música de Ibrahim Ferrer. Escucho Bruca Maniguá, y me deja intrigado. Creo entender algunas frases en español, pero hay otras que me despistan muchísimo, con un lenguaje críptico de resonancias africanas.
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Día 3. Vuelvo a escuchar la canción y decido investigar un poco. Al principio, todos los sitios que encuentro en Internet me dan la letra, pero ninguna explicación, lo cual contribuye a aumentar la intriga.
Poco a poco voy descubriendo que el autor murió antes de que yo naciera. Otros, recomiendan escuchar la versión de la Billo’s Caracas Boys. Lo haré.
Al final encuentro un comentario de un cuadro de Carlos Luna, "El Gran Mambo" , por Enrique García. La tercera nota al pie del artículo me da algunas claves [url: http://carlosluna.com/EnriqueGarciaEsp#_ftn3] y finalmente, descubro que Bruca Maniguá es "El monte".
El monte es el lugar donde el negro africano encontraba la libertad, porque allí no pudieron llegar los negreros para capturarlos y hacerlos esclavos. El monte es la clave, el camino del monte es el camino de la libertad.
Ahora, escucha la canción sabiendo eso y dime si es lo mismo que oírla sin saberlo.
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