Tengo clarísimo que la imagen mental que tengo del mundo no es mía. Al menos, no del todo.
Entendámonos: es mía, pero nunca hubiera podido formármela de no ser por un montón de personas y personajes que han ido haciendo de "gafas" con las que mirar el mundo y, claro, así no ha habido más remedio que ver el mundo "del color del cristal con el que se mira".
Lo que quiero decir (y ya me estoy enrollando) es que cosas que quizás me hubieran pasado desapercibidas no lo han hecho precisamente porque la influencia de alguien me ha hecho verlas. Un ejemplo sencillo: si nunca hubiera leído que las estrellas hacen "dibujitos" (constelaciones), quizás nunca hubiera sido capaz de distinguir una estrella de otra. Sin embargo, gracias a quienes registraron ese hecho, asignaron imágenes e historias mitológicas a las estrellas y transmitieron esos conceptos, hoy puedo mirar al cielo y localizar rápidamente a Sirio y quedarme pasmado ante su belleza, y diferenciarla perfectamente de Vega o de Altair.
Y eso me hace sentir bien, me gusta saber que no todas las estrellas son iguales, y que YO puedo distinguir a una gran parte de ellas.
Curiosamente, mucha de la gente que ha contribuido a esa mi imagen mental nunca me ha conocido ni nunca lo hará, y sin embargo, no son conscientes de la profundidad de su influencia.
Como la reflexión (aggghhhh, lo sorry mucho, no era mi intención reflexionar) me ha salido algo larga, ya hablaré otro día de personas concretas. Pero ahí os dejo la pregunta: ¿quién es la persona / personaje / animal / cosa / libro... que más ha influido en tu imagen mental del mundo? Yo tengo una lista no muy pequeña.
Con tanta gente aportando, ¿qué parte de mi mente puedo decir que es mía?
Esto me recuerda aquel dicho:
"Se consigue más apelando al bolsillo de la gente, donde suele haber algo que le pertenece, que a su cabeza, donde suele haber cosas que no le pertenecen".
Este sí que se está haciendo una buena imagen mental del meme "siesta".
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lunes, 30 de octubre de 2006
lunes, 16 de octubre de 2006
Lámparas
lunes, 9 de octubre de 2006
Mirando p'atrás
Cuando yo era pequeño, mi padre siempre tenía uno o más perros. Es un gran aficionado a la caza aunque, por suerte para la naturaleza, casi nunca ha cazado mucho.
Pero, indirectamente, hizo que desde crío me relacionara con los perros, y recuerdo grandes momentos con ellos.
Esta es una de las fotos que con más cariño recuerdo, y le agradezco a mi madre que se atreviera a escanearla y me la pasara.
Este era el patio de mi casa (canción: "el patio de mi casa...")
Vale, y ahora a mirar p'alante.
Pero, indirectamente, hizo que desde crío me relacionara con los perros, y recuerdo grandes momentos con ellos.
Esta es una de las fotos que con más cariño recuerdo, y le agradezco a mi madre que se atreviera a escanearla y me la pasara.
Este era el patio de mi casa (canción: "el patio de mi casa...")
Vale, y ahora a mirar p'alante.
Menos es más
Hace poco estuvimos en Torremolinos (28 al 30 de septiembre). Las vistas desde el hotel eran magníficas. Además, coincidió que el 29 era la feria de San Miguel, dado lo cual nos acercamos al recinto ferial. Se parece bastante a lo que se monta en Murcia para la feria de septiembre, en la Fica, pero es bastante más grande. Una diferencia importante son las casetas de los grupos (o peñas, o como se llamen).
En el hotel creo que éramos los únicos españoles. La media de edad, sin contarnos a nosotros, era de unos 80 años por lo menos, y, a juzgar por los periódicos que leían, casi todos eran alemanes y holandeses.
Es curioso cómo estos europeos valoran mucho más que nosotros la riqueza climática, ecológica y patrimonial que tenemos, con este clima tan estupendo, tantos monumentos, restos arqueológicos, bares donde se puede comer por poco dinero (sí, es verdad, cada vez cuesta un poco más encontrarlos, gracias a la conversión automática 1 euro = 100 ptas). Y aquí, nosotros empeñados en pillarnos las vacaciones en julio y/o agosto, y si no podemos, ponemos mala cara.
Desde siempre me ha gustado viajar en septiembre y octubre. Menos saturación, menos calor, menos precio... Más calidad.
Menos es más.
En el hotel creo que éramos los únicos españoles. La media de edad, sin contarnos a nosotros, era de unos 80 años por lo menos, y, a juzgar por los periódicos que leían, casi todos eran alemanes y holandeses.
Es curioso cómo estos europeos valoran mucho más que nosotros la riqueza climática, ecológica y patrimonial que tenemos, con este clima tan estupendo, tantos monumentos, restos arqueológicos, bares donde se puede comer por poco dinero (sí, es verdad, cada vez cuesta un poco más encontrarlos, gracias a la conversión automática 1 euro = 100 ptas). Y aquí, nosotros empeñados en pillarnos las vacaciones en julio y/o agosto, y si no podemos, ponemos mala cara.
Desde siempre me ha gustado viajar en septiembre y octubre. Menos saturación, menos calor, menos precio... Más calidad.
Menos es más.
Frikis y bicicletas (no sólo para el verano)
Por lo que he visto, los amsterdaneses son unos frikis de las bicicletas. Van con ellas hasta cuando salen de marcha. ¡Qué envidia! Ojalá mi ayuntamiento se preocupara más de hacer carril bici en vez de empeñarse en urbanizar a toda costa cualquier palmo verde donde haya un limonero, o en construir una absurda línea de tranvía que va a atascar aún más una ya de por sí saturada zona negra de tráfico.
El caso es que vas andando por Amsterdam y tienes que preocuparte más de esquivar las bicis que los coches.
Va en bici todo el mundo: niños con su chándal, ejecutivos con su corbata, abuelicos con sus arrugas, amas de casa con sus bolsas de la compra, la policía con sus pistolas (sí, en serio, que lo he visto yo con estos ojicos)... en fin, prácticamente todo el mundo. También me quedé sorprendido cuando vi que los jóvenes, cuando van de marcha por la zona de tascas, también van en bicicleta. Salen del pub, se acercan a la barandilla donde la tienen encadenada y ale...hop, subida al vehículo y con la música a otra parte. ¡Hasta algunos camellos del barrio rojo iban en bici para ofrecernos "Coke, cocaine... coke, cocaine..."!
Que llueva tampoco les supone ningún obstáculo en absoluto. Cogen su chubasquero, o incluso un paraguas y p'alante. Por eso, después de tres días allí ya no me sorprendía ver imágenes como las que os pongo.
Por todos lados hay aparcamientos para bicicletas, y no se puede decir que estén vacíos, no. Hasta hay bici-taxis y bici-carrito-para-bebé.
En un restaurante conocimos a un camarero gaditano que había ido a Amsterdam desde España ¡en bici! Menuda pieza. Nos contó que se había ido en bici desde España hasta Alemania, para ver el mundial. Una vez allí, cuando estaba a punto de volverse a este país (esta realidad plurinacional, ¿se dice así ahora?), decidió acercarse a Amsterdam "para aprender inglés". Y allí estaba el andoba, sirviéndonos los platos y contándonos su historia. Un figura.
El caso es que vas andando por Amsterdam y tienes que preocuparte más de esquivar las bicis que los coches.
Va en bici todo el mundo: niños con su chándal, ejecutivos con su corbata, abuelicos con sus arrugas, amas de casa con sus bolsas de la compra, la policía con sus pistolas (sí, en serio, que lo he visto yo con estos ojicos)... en fin, prácticamente todo el mundo. También me quedé sorprendido cuando vi que los jóvenes, cuando van de marcha por la zona de tascas, también van en bicicleta. Salen del pub, se acercan a la barandilla donde la tienen encadenada y ale...hop, subida al vehículo y con la música a otra parte. ¡Hasta algunos camellos del barrio rojo iban en bici para ofrecernos "Coke, cocaine... coke, cocaine..."!
Que llueva tampoco les supone ningún obstáculo en absoluto. Cogen su chubasquero, o incluso un paraguas y p'alante. Por eso, después de tres días allí ya no me sorprendía ver imágenes como las que os pongo.
Por todos lados hay aparcamientos para bicicletas, y no se puede decir que estén vacíos, no. Hasta hay bici-taxis y bici-carrito-para-bebé.
En un restaurante conocimos a un camarero gaditano que había ido a Amsterdam desde España ¡en bici! Menuda pieza. Nos contó que se había ido en bici desde España hasta Alemania, para ver el mundial. Una vez allí, cuando estaba a punto de volverse a este país (esta realidad plurinacional, ¿se dice así ahora?), decidió acercarse a Amsterdam "para aprender inglés". Y allí estaba el andoba, sirviéndonos los platos y contándonos su historia. Un figura.
Barcos hundidos: El DNI inútil.
¡Uff! Menuda temporada de viajes. Ya os iré contando, ya. Como veréis, no he tenido tiempo ni para poner aquí nada.
En primer lugar, y como muchos ya sabéis, habemus ingenieram. Felicidades.
Por otro lado, ya sé que nunca escarmentamos en cabeza ajena, pero os cuento lo que me ha pasado, por si podéis evitarlo (cosa que, como veréis, es sencilla).
El caso es que el martes pasado (3/10) me disponía a irme a Amsterdam con J. Una vez facturadas las maletas y pasado el control de la benemérita, sobre las 10h de la mañana, me las prometía muy felices justo hasta el momento de entregar la tarjeta de embarque y mi DNI al controlador de acceso. El tío, después de mirar mi DNI me mira a mí a la cara y me dice con una cara totalmente fría y neutral:
- No puede subir al avión. El DNI está caducado.
- Estooooo... y... ¿no puede usted hacer la vista gorda, como que no se ha dado cuenta?
- ¿Tú quieres que llame ahora mismo a la Guardia Civil? (Bueno, esto seguramente no lo dijo, pero puso cara de pensarlo, o pensar incluso peor. Supongo que todavía puedo considerarme afortunado, porque seguro que si me pillan con el DNI caducado en el Reino Unido o en USA son capaces de pegarme un tiro o algo así, "por si acaso").
Ahorraré detalles y saltaré directamente a las consecuencias: J se fue a Holanda con las maletas de ambos, y con el papel de la reserva del hotel a mi nombre (luego tuvo algunos problemas menores cuando llegó al hotel, hasta que sacó la VISA y dijo que él pagaba la habitación, momento a partir del cual todo fueron reverencias).
Yo tuve que pagar un suplemento de 45 ? para que me cambiaran el billete a un vuelo que había a las 21h, tuve que coger un autobús hasta Alicante, allí hacerme unas fotos, renovar el DNI, a continuación hacerme el pasaporte (no, no tenía, pero ahora ya soy un homus pasaportus).
La historia aún no ha terminado, porque dentro de un mes tengo que volver a Alicante a recoger el DNI renovado.
Para colmo, por la noche, para subir al avión, no me abrieron ni miraron el pasaporte ¡ni siquiera llegaron a cogérmelo de mi mano! ¿Por qué no me tocó este controlador por la mañana? ¡Cagüen crillas!
Conclusión: haceos el pasaporte. Cuesta 16 ? y con él puedes viajar hasta 5 años después de caducar. Si el DNI está caducado, aunque sea por un día, y te toca el lince del aeropuerto de Alicante, te quedas en tierra.
Y el caso es que cuando me alejaba me pareció ver una sonrisa sádica en su careto...
Del viaje a Amsterdam ya contaré algo en próximas entradas. De momento, os pongo la foto del Boeing 737-700 en el que hicimos el viaje.
En primer lugar, y como muchos ya sabéis, habemus ingenieram. Felicidades.
Por otro lado, ya sé que nunca escarmentamos en cabeza ajena, pero os cuento lo que me ha pasado, por si podéis evitarlo (cosa que, como veréis, es sencilla).
El caso es que el martes pasado (3/10) me disponía a irme a Amsterdam con J. Una vez facturadas las maletas y pasado el control de la benemérita, sobre las 10h de la mañana, me las prometía muy felices justo hasta el momento de entregar la tarjeta de embarque y mi DNI al controlador de acceso. El tío, después de mirar mi DNI me mira a mí a la cara y me dice con una cara totalmente fría y neutral:
- No puede subir al avión. El DNI está caducado.
- Estooooo... y... ¿no puede usted hacer la vista gorda, como que no se ha dado cuenta?
- ¿Tú quieres que llame ahora mismo a la Guardia Civil? (Bueno, esto seguramente no lo dijo, pero puso cara de pensarlo, o pensar incluso peor. Supongo que todavía puedo considerarme afortunado, porque seguro que si me pillan con el DNI caducado en el Reino Unido o en USA son capaces de pegarme un tiro o algo así, "por si acaso").
Ahorraré detalles y saltaré directamente a las consecuencias: J se fue a Holanda con las maletas de ambos, y con el papel de la reserva del hotel a mi nombre (luego tuvo algunos problemas menores cuando llegó al hotel, hasta que sacó la VISA y dijo que él pagaba la habitación, momento a partir del cual todo fueron reverencias).
Yo tuve que pagar un suplemento de 45 ? para que me cambiaran el billete a un vuelo que había a las 21h, tuve que coger un autobús hasta Alicante, allí hacerme unas fotos, renovar el DNI, a continuación hacerme el pasaporte (no, no tenía, pero ahora ya soy un homus pasaportus).
La historia aún no ha terminado, porque dentro de un mes tengo que volver a Alicante a recoger el DNI renovado.
Para colmo, por la noche, para subir al avión, no me abrieron ni miraron el pasaporte ¡ni siquiera llegaron a cogérmelo de mi mano! ¿Por qué no me tocó este controlador por la mañana? ¡Cagüen crillas!
Conclusión: haceos el pasaporte. Cuesta 16 ? y con él puedes viajar hasta 5 años después de caducar. Si el DNI está caducado, aunque sea por un día, y te toca el lince del aeropuerto de Alicante, te quedas en tierra.
Y el caso es que cuando me alejaba me pareció ver una sonrisa sádica en su careto...
Del viaje a Amsterdam ya contaré algo en próximas entradas. De momento, os pongo la foto del Boeing 737-700 en el que hicimos el viaje.
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